
Lo recuerdo muy claramente. Fue en una gélida mañana de agosto. El cielo estaba tapizado de nubes negras, anunciando una incipiente lluvia, o más seguramente, nieve. Caminaba yo por la calle cuando, de repente, las nubes se abrieron, dejando un espacio como lago en el cielo. Y un rayo de luz cegó mis ojos. Cuando pude recuperarme del flash lo vi… estaba frente a mi… Y recordé todas esas historias que había leído y que había subestimado, pensando que esas personas estaban locas. Si, ahí estaba, tan real como vos y yo, y me miraba profundamente… en silencio…era un ángel. Me puse muy nervioso, no sabía que hacer… estaba totalmente obnubilado… Sólo atiné a besarla…
De ahí en más sucedieron cosas muy extrañas. Se me aparecía cuando menos lo esperaba, y siempre ocurría lo mismo, me miraba en silencio, me atravesaba con su espada de fuego y me dejaba en llamas.
Entonces mi vida cambió. Sólo esperaba que apareciera y me incinerara. No me importaban las marcas que iba dejando en mi cuerpo. Paradójicamente, ese bello ángel abrió mis pesadas puertas de hierro y desató todos mis demonios, cortó sus cadenas, los dejó en libertad. Y hace un tiempo se fue… desapareció… no volvió mas… y se llevó las llaves. Sólo la he vuelto a ver en sueños.
Si la encuentran, por favor, avísenme. Eso si, no la toquen… su piel también quema, yo lo sé, todavía tengo sus cicatrices. Es muy fácil de identificar: brilla aún estando al sol, tiene unas alas enormes, y los ojos más bellos del mundo…