IN - COMUNICACIÓN

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Ya terminando la primera década del siglo XXI vemos cómo han cambiado las relaciones humanas.

Antes de esta Tecnológica Era, cuando uno quería aclarar algo con otra persona, para ponerse de acuerdo, debíamos tomarnos el trabajo de movernos hasta donde estaba esa persona, caminar, tomarnos un bondi o lo que fuera para hablar cara a cara, ya que no todo el mundo tenía teléfono como ahora. Por ejemplo: si uno quería pelearse o invitar a salir a una mina debía reunir el coraje suficiente para enfrentarla y decírselo, bancarse lo que viniera, bueno o malo. Ahora simplemente alcanza con un mensaje de texto.

Estamos perdiendo la “costumbre” del contacto físico. De mirar a los ojos a los demás, de sentir el afecto de un abrazo, de extrañar a alguien, de esperar una carta, de sentir la “piel” de otro… todo está al alcance de una pantalla y un teclado…

Hoy, sin ir más lejos, si queremos pelearnos con alguien, si queremos olvidar a alguien, si queremos sacar a alguien de nuestras vidas, simplemente abrimos nuestras listas de contactos y las eliminamos…

NOSOTROS Y LOS MIEDOS

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Tengo 43 años, mi generación creció atravesando la tormenta de una dictadura. Conocimos lo que es la guerra, los terremotos, las hiperinflaciones, el desempleo, la indiferencia de todos los gobernantes, y siempre ronda sobre nosotros lo mismo: EL MIEDO.

Sabemos que a través de la historia ha sido el medio de dominación más eficaz, y ahora lo vemos renovado, en forma de CRISIS ECONÓMICA GLOBAL, SIDA, DENGUE, GRIPE PORCINA, INSEGURIDAD… Los medios de comunicación que aprovechan cada hendija, cada resquicio, para entrar en nuestras mentes y martillar sobre ellas. No salgas a la calle, no inviertas, no fumes, no comas, no beses, no cojas… Provocando una insatisfacción que nos mantiene encerrados dentro de nosotros mismos, evitando que reflexionemos, que tomemos decisiones, que gocemos, que seamos felices…

Levantémonos, seamos la nueva “RESISTENCIA”. Caminemos tranquilos por la calle, vivamos con los mosquitos, fumemos, tengamos sexo sin forro, comamos grasas, criemos cerdos, abracemos a los mexicanos… Permitámonos ser felices.

Yo, en estos apocalípticos tiempos que corren, HE DECIDIDO NO TENER MIEDO.

CRÓNICA DE UN SUEÑO - Parte 3

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Veintidos horas en punto. Por los parlantes del estadio comienza a “sentirse”- no oirse - una vibración que te atravesaba el cuerpo, era como un terremoto, todos nos mirábamos absortos... qué estaba pasando ? Y de repente si, se escuchó claramente la voz de Gene Simmons atronando el estadio: YOU WANTED THE BEST, YOU GOT THE BEST... KISS !!! (Ustedes quieren lo mejor, ustedes tienen lo mejor... Kiss !!!) Y cayó la gigantesca bandera negra, y se prendieron todas las luces del escenario, y yo creía que me moría, el corazón me estallaba, ahí estaban ellos, con sus trajes, sus máscaras, y no di más, me entregué... sonaba “Deuce”, pero yo no los podía ver... las lágrimas me caían de una manera incontrolable... el sueño de 30 años se estaba haciendo realidad !!! Y así se fueron sucediendo uno tras otro los temas que yo escuchaba en mi viejo Wincofon, soñando con alguna vez ser como ellos. ”She”, “Strutter”, “Hotter than Hell”, “Nothing to loose”, “Cold Gin”...

Impresionante espectáculo. Estábamos sin aliento. Con mi hijo nos mirábamos sin poder creer que estuviéramos ahí. Simmons arrojando fuego, Paul Stanley cantando como el dios que es, Tommy Thayer reemplazando a la perfección al irreemplazable Ace Frehley, Eric Singer en la batería que alguna vez fue de Peter Criss flotando sobre el escenario colgada de cadenas... las explosiones... el fuego... era demasiado.

La noche y el concierto avanzaban. Nuestras piernas y nuestros oídos no soportaban más, pero allí seguíamos, ahora éramos parte del mítico KISS ARMY (Ejército de Kiss). El solo de guitarra y los fuegos artificiales que de ella salían, la batería que se elevaba más y más mientras Eric Singer demostraba lo bueno que es... Y los “viejos” Gene y Paul dando cátedra de como manejar masas, de como debe sonar una banda en vivo, de cómo debe ser un espectáculo de rock...

Y así después de una hora y media exacta (11.30 horas) terminaba el concierto con, obviamente “Rock and Roll all Nite” y el chico de la estrella destrozando su Ibanez PS para el delirio de todos nosotros. Sabíamos que no era el final, que volverían con más magia. Y así fue. “Shouit Out Loud” y “Lick it Up”. Y nuevo falso final. Otro regreso y Simmons haciendo su solo, escupiendo sangre, elevándose sobre el escenario... “I Was Made for Loving You”, “Detroit Rock City”, “Love Gun”, Stanley volando sobre nosotros... Infernal, celestial, indescriptible... Y entonces si, el verdadero final... decenas de fuegos artificiales elevándose al cielo... y a nuestros corazones.

Una experiencia única, irrepetible, que guardaremos en nuestras almas hasta el final de los días. Y - Gracias a Dios - compartida con uno de mis hijos. Que más se puede pedir...

CRÓNICA DE UN SUEÑO - Parte 2

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Después de almorzar nos arrimamos hasta una remisería que queda a dos cuadras de la casa de Marcelo. Calculamos horarios para coordinar la búsqueda nuestra cuando finalizara el concierto, que era lo más complicado. Y después hasta la parada del colectivo 160, el que nos llevaría hasta el estadio.

Ese día tocaban - además de KISS – Massacre, Molotov, Las Pelotas y Los Ratones Paranoicos en ese orden. Comenzaba a las 17 horas. De todas las bandas aledañas sólo nos interesaba Molotov, por lo que decidimos partir a las 16.30 para llegar más o menos a las 18 al estadio, después de Massacre. Tomamos el citado 160, paseamos por el centro, por Palermo, por el Aeropuerto Jorge Newbery, por la Costanera, para después de viajar una hora aproximadamente, llegar a la Ciudad Universitaria. Ahí debíamos bajar. Fue muy gratificante ver como a lo largo del recorrido subía cada vez más gente con remeras de los carapintadas. Nos mirábamos cómplicemente unos con otros. Todos íbamos al mismo lugar, al mismo sagrado ritual... Y llegamos a la última parada.

Nos bajamos y encaramos hacia la autopista. Ya desde allí podíamos ver el estadio... caminamos 100 metros hasta el puente Labruna que pasa sobre la autopista... estábamos a unos pasos... el estómago cerrado... la piel de gallina... un nudo en la garganta... ese gigantesco monumento que nos esperaba... primer control de entradas... pasamos... unos metros más... segundo control... y ahora si... entramos por un largo túnel que pasa por debajo de las tribunas... y de repente, estábamos adentro... en el cesped de la cancha de River Plate... con mi hijo nos mirábamos en silencio... no lo podíamos creer... yo estaba a punto de soltar las lágrimas... ese pasto que ha visto pasar a los más grandes jugadores de fútbol del mundo, en donde Argentina gritó por primera vez campeón del mundo en el ´78... en donde han tocado los músicos más grandes del mundo... y nosotros ahí... no nos alcanzaban los ojos para admirar tanta grandiosidad arquitectónica e histórica...caminábamos en el aire...

Nos ubicamos sobre el lado derecho del escenario y casi inmediatamente Mario Pergolini anunció por el infernal sistema de sonido a Molotov. Eran las 18 horas en punto. Concierto impresionante de casi una hora repasando todos sus hits. Gran y merecida ovación para ellos al finalizar. Mientras los técnicos preparaban todo para la entrada de la siguiente banda aprovechamos para recorrer el estadio. Caminamos por la pista olímpica, subimos hasta las tribunas y regresamos al campo. Esta vez nos ubicamos sobre el costado izquierdo, donde sabíamos que siempre se ubica nuestro amado Gene Simmons, si, ese que saca la lengua. Y aparecieron Las Pelotas... triste concierto, previsible, largo, aburrido, y con un estúpido Dafuncchio bardeando todo el tiempo a Kiss... craso error. La gente los quería echar del escenario como fuera. Botellazos, escupidas, etc., etc. En fin, un toque absolutamente olvidable. Oscurecía y podíamos ya ir viendo las impresionantes luces montadas. Pasó otro rato y entonces aparecieron Los Ratones Paranoicos. Eran casi las 20.15. Gran recibimiento para Juanse y sus muchachos, que supo ganarse de movida al público alagando a los “muchachos” que tocarían después de ellos. Éxito tras éxito demostraron su gran manejo del escenario, sonaron muy grosso, compactos, realmente estupendo, pero la ansiedad de todos nosotros ya no daba para más, queríamos que terminaran !!! Lo que finalmente sucedió a las 21.30.

Ahora sí, ya no quedaban más bandas, sólo debíamos esperar media hora... Creo que la media hora más larga de nuestras vidas... 21.40... 21.45... 21.50... 21.55... 21.58... baja una gigantesca bandera negra que cubre todo el escenario y con el logo KISS en plateado... la gente enloquece... se prenden miles de cámaras y celulares... 21.59... se apagan todas las luces del estadio... sólo vemos las estrellas... el griterio es ensordecedor... va a comenzar... por Dios, van a salir mis héroes desde que tengo 14 años... estamos a 15 metros del escenario... va a comenzar...

Pero esa, esa es otra historia.

CRÓNICA DE UN SUEÑO - Parte 1

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Partimos con Gabriel de la terminal de ómnibus de Mendoza el día sábado 4 a las 18.30 horas. La ansiedad nos carcomía las entrañas. En los días previos, gracias al Messenger, habíamos trazado un plan previo con mi “AMIGOHERMANO” MARCELO CAMISAY, parte importantísima para la concreción con éxito de esta maravillosa experiencia.

El viaje realmente fue espectacular, vehículo de primera, comida buena y abundante, pocos pasajeros, mejor imposible. El único problema fueron las películas… Dios mío… Jamás, pero jamás en la vida vean el film “En busca de la felicidad” con Will Smith. O al menos véanla sin un arma cerca, porque van a querer volarse los sesos… Pasando ese amargo trago todo fue fenómeno. Hasta logramos ver, aproximadamente a las 5 A.M., un espectacular OVNI que nos acompañó aproximadamente 15 minutos, pero esa visión merece un capítulo aparte.

Luego de una larga noche en la que fue imposible conciliar el sueño – gracias a la ansiedad por lo que nos esperaba – llegamos a Retiro el domingo 5 a las 8.30 horas. Lo primero al bajar del ómnibus fue llamar a Marcelo, para seguir sus instrucciones y llegar sanos y salvos a su casa. Debíamos salir, ubicar la Torre de los Ingleses y abordar el 115, ubicar la calle Boedo y bajarnos al 1.900, allí nos estarían esperando. Así fue, caminamos hasta la salida, ubicamos el boulevard por donde pasaban “millones” de colectivos y, peguntando, llegamos hasta la parada y vemos a lo lejos que viene uno… entonces le digo a Gabo: corramos para alcanzarlo !!! jamás debí haberlo hecho… Giré y traté de correr… tropecé… y con el peso del bolso al cuello fui a parar de jeta contra el suelo… Buenos Aires me hacía un gran recibimiento !!! Mi hijo no sabía donde meterse. Me levanté, me sacudí y con toda hidalguía seguí caminando como si nada. Obviamente perdimos el colectivo.

Subimos al próximo que vino 10 minutos después. Anduvimos una media hora maravillándonos con la arquitectura de la ciudad y cuando llegamos a Avda. Boedo avisé con un msj que nos aproximábamos al destino prefijado. Allí estaban mi amigohermano y Andrea, su pareja. Abrazos, besos y gastadas como si nos hubiésemos visto ayer. Aclaro que hacía 5 años que no estábamos juntos, pero entre nosotros siempre será así, el tiempo no existe.

Caminamos hasta su coqueto depto de la calle Castro Barros. Nos ubicamos, fuimos a comprar medialunas para el desayuno y algo para almorzar, y mientras tanto hablábamos y hablábamos. Mi hijo y yo nos bañamos, había sido un largo viaje. Y durante el almuerzo comenzamos a planear los movimientos para poder llegar al Monumental a ver el concierto… Pero esa, esa es otra historia.

SUEÑO HECHO REALIDAD

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Lo recuerdo muy claramente. Corría el año 1980, tenía yo apenas 15 años, cuando en nuestra vieja televisión en blanco y negro daban un programa los sábados a la tarde. Se llamaba “Música prohibida para mayores”. Por esas épocas las ediciones de los discos llegaban con muchos meses de retraso, entonces, a través de este programa, lográbamos conocer las bandas internacionales que causaban furor. De ese modo conocí a The Police, Styx, Kayak, Pat Benatar, Kate Bush, Yes, Génesis, etc.

Pero un día, apareció una banda que me cambió la vida. El video comenzaba con una neblina que cubría toda la pantalla, y de esa neblina apareció algo, alguien que a partir de entonces se transformó en mi héroe. Era Gene Simmons, y la banda KISS. El tema: “Sure Know Something”. A partir de ese momento no quise ser otra cosa que músico, quería tener en mis manos ese instrumento que tocaba ese demonio que sangraba por la boca y escupía fuego !

Y así fue hasta el día de hoy. Soy bajista gracias a ese tipo, tengo instrumentos gracias a ese tipo, armé bandas gracias a ese tipo, grabé en Buenos Aires gracias a ese tipo que decían que pisaba pollitos.

Y la vida quiso que el domingo 5 de abril a las 22 horas en el Estadio Monumental de River Plate, yo pudiera estar ahí con mi hijo menor, tan fana de Kiss como yo a esa edad.

Y mi vida volvió a cambiar nuevamente.