VUELTA A CASA


Volvía. Después de atravesar valles y montañas. Después de haber mojado sus pies en el mar. Después de haber lavado sus manos en el río. Con el escudo abollado, con la piel marcada de cicatrices. Cansada, con su menudo cuerpo anhelando abrazar a los suyos. Volvía a casa…

Limpiaría su espada, la dejaría nuevamente reluciente, sabía que aún quedaban duras batallas por pelear. Pero nada ni nadie podrían quitarle la felicidad y el orgullo de este momento.

Los Dioses nunca la abandonaron, ni a ella ni a sus soldados que lucharon codo a codo, estrechando filas cuando la derrota parecía segura.

Ocho años son demasiado tiempo para una contienda. Cualquier humano común se hubiera entregado. Pero ella jamás bajó los brazos ni pensó en la rendición. Encontraba la fuerza en la convicción que le daba luchar con armas nobles por una causa justa.

Volvía a casa… Con ese viejo y recuperado brillo en los ojos. Y esa enorme y bella sonrisa dibujada en su rostro.

Volvía a casa. Viva y Victoriosa…

1 comentarios:

pit dijo...

Su misticismo me hace a un lado como chiripá para mear...pero bueno, es suyo y lo felicito. Siga así!
Abrazo.