CRÓNICA DE UN SUEÑO - Parte 1


Partimos con Gabriel de la terminal de ómnibus de Mendoza el día sábado 4 a las 18.30 horas. La ansiedad nos carcomía las entrañas. En los días previos, gracias al Messenger, habíamos trazado un plan previo con mi “AMIGOHERMANO” MARCELO CAMISAY, parte importantísima para la concreción con éxito de esta maravillosa experiencia.

El viaje realmente fue espectacular, vehículo de primera, comida buena y abundante, pocos pasajeros, mejor imposible. El único problema fueron las películas… Dios mío… Jamás, pero jamás en la vida vean el film “En busca de la felicidad” con Will Smith. O al menos véanla sin un arma cerca, porque van a querer volarse los sesos… Pasando ese amargo trago todo fue fenómeno. Hasta logramos ver, aproximadamente a las 5 A.M., un espectacular OVNI que nos acompañó aproximadamente 15 minutos, pero esa visión merece un capítulo aparte.

Luego de una larga noche en la que fue imposible conciliar el sueño – gracias a la ansiedad por lo que nos esperaba – llegamos a Retiro el domingo 5 a las 8.30 horas. Lo primero al bajar del ómnibus fue llamar a Marcelo, para seguir sus instrucciones y llegar sanos y salvos a su casa. Debíamos salir, ubicar la Torre de los Ingleses y abordar el 115, ubicar la calle Boedo y bajarnos al 1.900, allí nos estarían esperando. Así fue, caminamos hasta la salida, ubicamos el boulevard por donde pasaban “millones” de colectivos y, peguntando, llegamos hasta la parada y vemos a lo lejos que viene uno… entonces le digo a Gabo: corramos para alcanzarlo !!! jamás debí haberlo hecho… Giré y traté de correr… tropecé… y con el peso del bolso al cuello fui a parar de jeta contra el suelo… Buenos Aires me hacía un gran recibimiento !!! Mi hijo no sabía donde meterse. Me levanté, me sacudí y con toda hidalguía seguí caminando como si nada. Obviamente perdimos el colectivo.

Subimos al próximo que vino 10 minutos después. Anduvimos una media hora maravillándonos con la arquitectura de la ciudad y cuando llegamos a Avda. Boedo avisé con un msj que nos aproximábamos al destino prefijado. Allí estaban mi amigohermano y Andrea, su pareja. Abrazos, besos y gastadas como si nos hubiésemos visto ayer. Aclaro que hacía 5 años que no estábamos juntos, pero entre nosotros siempre será así, el tiempo no existe.

Caminamos hasta su coqueto depto de la calle Castro Barros. Nos ubicamos, fuimos a comprar medialunas para el desayuno y algo para almorzar, y mientras tanto hablábamos y hablábamos. Mi hijo y yo nos bañamos, había sido un largo viaje. Y durante el almuerzo comenzamos a planear los movimientos para poder llegar al Monumental a ver el concierto… Pero esa, esa es otra historia.

1 comentarios:

raul alberto banini dijo...

Que buena esperiencia y la foto que total el gago vos tato pero prefiero a gene simmons pintado y con plataforma, porque con esa remera roja hay si que se escracha la terrible cara y pinta de puto che ¿no saco la lengua?,para mi es porque no tenia puesto los dientes postizos.